AS TRANSPORTES LE BRINDA LA MEJOR OPCIÓN EN TRANSPORTE ESCOLAR.
Hace unos años era normal que a los niños los llevara al colegio el bus de la propia institución educativa, autos rentados a empresas transportadoras intermunicipales o, en el peor de los casos, el carro del vecino o de alguien que cobraba por el servicio en su vehículo particular sin prestar atención a las mínimas normas de seguridad.
El mantenimiento preventivo y correctivo, el ajuste de los cinturones y la antigüedad del carro no eran temas que solían discutirse al contratar el servicio de ruta. Eso por no mencionar el flagrante sobrecupo que se observaba en algunos casos. Eso es historia. Por fortuna, la informalidad en los servicios de transporte escolar para gran parte de los estudiantes en Colombia va quedando atrás.
En los años 90 y tras la entrada en vigencia de la apertura económica en 1992, comenzaron a ingresar al país vehículos tipo van con capacidades entre 12 y 15 pasajeros que fueron desplazando poco a poco a los tradicionales buses escolares, cuyos costos de mantenimiento y operación se hicieron inviables para los colegios.
Esto llevó a tercerizar el servicio con empresas dedicadas a este menester, que se fueron dotando con las van y microbuses para suplir esa necesidad.
Las reglas
Ya a comienzos de este siglo se fue instaurando en firme una reglamentación cada vez más sólida y exigente para eliminar la informalidad y garantizar un transporte seguro para los más pequeños de la casa.
Así se llegó al decreto 431 de 2017, que establece una reglamentación clara y concreta para la prestación del servicio especial de transporte. Estas medidas las deben cumplir las empresas dedicadas a esta labor y son los colegios los que tiene que supervisar que todo esté en orden, pues son los principales responsables de la contratación para la movilización de sus alumnos.
“En nuestro colegio es un proceso muy serio porque son cerca de 100 recorridos los que realizamos al día (con igual número de alumnos). Conscientes de semejante responsabilidad lo que hacemos es una licitación pública con unos requisitos muy exigentes en cumplimiento y cuidado de los niños, en calidad del parque automotor, en el nivel de accidentalidad y en la capacidad de respuesta ante contingencias, características que se apoyan en las proferidas por el Ministerio de Educación Nacional” cuenta Clemencia Mejía López, rectora del Colegio San José de Las Vegas.
Claves para elegir mejor
En el decreto se hace énfasis en que las empresas de transporte deben estar legalmente constituidas, con personería jurídica y aprobación del Ministerio de Transporte, eso es lo primero que debe verificarse a la hora de contratar el servicio.
Lo segundo es suscribir un contrato por la prestación de la actividad entre la empresa transportadora y la persona natural o jurídica que represente a la institución que requiera el servicio (el colegio o la asociación de padres).
“Este contrato debe hacerse con la empresa, no con el conductor ni con el propietario del vehículo y debe contener, como mínimo, las condiciones, obligaciones, valores, horario, áreas y deberes pactados por las partes, de conformidad con lo estipulado por el Ministerio de Transporte y lo señalado en el decreto reglamentario. Ese contrato debe ser reportado a la Superintendencia de Puertos y Transporte y deben cargar una copia todos los conductores. Sin un contrato de por medio entre el ente transportador y el colegio se está incurriendo en una ilegalidad y en caso de alguna irregularidad o un incidente, las aseguradoras podrían no hacer efectivas las pólizas”, expresa Juan Manuel Maldonado, abogado especialista en derecho comercial.
Sobre los vehículos
El decreto 417 estipula que la edad máxima para la utilización de un vehículo de transporte escolar es de 20 años, es decir, para 2020 ningún vehículo con año modelo inferior a 2000 está habilitado para esta tarea. Pero si el carro está registrado desde marzo de 2017 y en adelante, el tiempo de servicio escolar será de 16 años. De ahí, pueden dedicarse a otro tipo de transporte hasta cumplir los 20. Además, una vez cumplido el plazo de servicio el automotor debe ser sometido a la desintegración física total y puede ser objeto de reposición por uno nuevo, según el documento del Gobierno.
Según el artículo 84 del Código Nacional de Tránsito cada carro debe tener mínimo dos salidas de emergencia perfectamente demarcadas y no pueden viajar pasajeros de pie.
Deben existir también dispositivos que avisen al conductor cuando la puerta está cerrada y/o desajustada y los cinturones de seguridad deben ir en todos los asientos y es obligatorio usarlos según sentencia de la Corte Constitucional C-930 de 2008.
También es obligatorio que todos sean de color blanco y estén debidamente identificados con los logos de la empresa a la que están afiliados, debe decir en caracteres verdes que son de “Servicio Especial” y tener un número asignado, además de las placas impresas en los costados y el techo, el adhesivo de “¿Cómo conduzco?” y las franjas en colores amarillo y negro que los identifica como de transporte escolar, según el estándar mundial.
“Eso del tiempo es muy difícil de cumplir, aún hay mucha informalidad porque esos carros después del plazo máximo de servicio siguen usándose en ciudades pequeñas y pueblos, quién sabe bajo qué condiciones, se les pierde la pista. Ahí es dónde las autoridades tienen que estar atentas, porque a uno sí le exigen en las empresas de Medellín que reponga el carro, sino no lo dejan trabajar. Una compañía seria debe tener un programa de reposición”, dice Carlos Chavarría, quien conduce una Kia Pregio de 2001, próxima a jubilarse.
Vigilancia y control
Es importante que la empresa contratada para la prestación de este servicio sea clara y transparente con los planes de mantenimiento, revisión y hasta el aseo y la presentación de sus vehículos afiliados, en talleres con la capacidad e idoneidad suficiente para esta tarea.
“El cliente debe tener acceso a esta información antes del suscribir los acuerdos, porque esta política empresarial es fundamental para evitar incidentes por falta de un adecuado tratamiento mecánico o de reparación de las van y las busetas. Las empresas también deben tener sistemas de gestión y control de flota para saber en dónde están siempre sus carros y hasta sistema de medición de alcoholimetría. La prevención es la base fundamental para que no haya percances en el servicio, y si algo sucede es imperativo que la póliza de seguros de responsabilidad civil esté vigente para amparar todos los riesgos”, advierte el abogado Maldonado.
Por norma, es obligatorio que dentro de cada automotor que preste el servicio de transporte escolar debe ir un acompañante adulto aparte del conductor. Este deberá ir siempre sentado cerca a la puerta de acceso y debe estar capacitado en el funcionamiento de los sistemas de seguridad del vehículo, conocer las señales de tránsito, tener conocimientos de seguridad vial y hasta de primeros auxilios.
“El acompañante siempre está pendiente del ingreso y la salida del vehículo por parte de los estudiantes, sobre todo si estos son muy pequeños y/o no pueden valerse por sí mismos. También a veces transportamos chicos con alguna discapacidad y debemos estar atentos a sus necesidades. Hay que mirar que todos viajen seguros, que no se mareen, entregarlos a sus padres o acudientes, auxiliarlos cuando sea debido y lo más importante, verificar que no quede ningún pasajero al final de cada recorrido”, expresa Diana Giraldo, acompañante de una ruta escolar.
Es importante también que los padres de familia tengan el número celular del conductor y/o el acompañante del vehículo que transporta a sus hijos, para que estén en permanente comunicación cuando haya retrasos o incluso para avisarle a los encargados que el niño no va a asistir a clases ese día o algún cambio de ultima hora sobre la rutina establecida. También, que instruyan a los niños sobre cómo comportarse al interior de los vehículos para conservar la disciplina, el orden y la seguridad.
La sugerencia final es que se escoja el transporte por recomendación del colegio. “Tenemos un comité directivo que estudia y avala los requisitos de las empresas proponentes para escoger la mejor. Nosotros tenemos una persona vinculada al colegio que monitorea ese servicio, hacemos auditorías relámpago a las empresas, participamos en la formación de conductores y acompañantes y tenemos hasta un plan de sanciones si no se cumple con los requisitos establecidos. Este servicio es muy sensible”, concluye la rectora Clemencia Mejía. No hay que dejar ni un sólo detalle al azar si se trata de la seguridad y el bienestar de sus hijos camino a la escuela.
Fuente: https://www.elcolombiano.com/tendencias/aprenda-a-escoger-el-transporte-escolar-para-sus-hijos-AE12341098